La limpieza y mantenimiento de una báscula pediátrica son tareas esenciales para asegurar un funcionamiento correcto, prolongar la vida útil del equipo y preservar la salud del bebé. Tanto en clínicas como en el hogar, la acumulación de suciedad o el mal uso pueden afectar la precisión de las mediciones.
Una báscula pediátrica en perfecto estado garantiza datos fiables y un entorno higiénico. Por ello, se recomienda adoptar una rutina periódica de limpieza y revisión. Estas acciones no solo previenen averías, sino que también evitan la proliferación de bacterias en superficies de contacto directo con los recién nacidos.
Pasos para una limpieza eficaz
- Apague y desconecte la báscula antes de comenzar cualquier proceso de limpieza.
- Use un paño suave humedecido con agua y detergente neutro. También puede aplicarse una solución desinfectante no abrasiva, adecuada para equipos médicos.
- Limpie con cuidado la plataforma de pesaje, bordes, pantallas y botones. No permita que el líquido penetre en ranuras o componentes electrónicos.
- Seque completamente con un paño limpio y absorbente para evitar corrosión o mal funcionamiento.
Consejos para el mantenimiento preventivo
- Realice calibraciones frecuentes para garantizar que la báscula pediátrica esté bien ajustada.
- Evite colocar objetos pesados o golpearlos sobre la báscula.
- Guarde el equipo en un lugar seco, libre de humedad y polvo.
- Solicite revisiones técnicas anuales si se trata de uso clínico continuo.
El mantenimiento regular de la báscula pediátrica protege la inversión y contribuye al cuidado responsable del bebé. Implementar estos hábitos permitirá contar siempre con un equipo fiable, seguro y duradero.